Actualmente nos encontramos viviendo una nueva realidad ante el desarrollo del SARS-CoV-2. Una situación de vulnerabilidad, sentimiento de indefensión ante el futuro y posibles eventos adversos.
Nos hemos dado de frente casi de la noche a la mañana con el desafío de la modalidad del trabajo remoto, una nueva aventura virtual evitando el contacto social. En aras de frenar esta crisis sanitaria y luchar por mantener el tejido económico activo.
Pasamos del entorno seguro y protegido de las empresas a una situación nueva, llena de interrogantes y estrés. Si bien muchas empresas han mantenido su actividad, fue gracias a la modalidad del teletrabajo y ello augura que este 2020 será un año recordado por la pandemia del coronavirus, el confinamiento, el incremento desmedido e irregular del teletrabajo.
Sumado a lo antes mencionado, el aumento de los ciberataques, tanto en frecuencia como en sofisticación. Como en el ejemplo del Phishing, siendo uno de los fraudes más comunes elegido por los ciberdelincuentes a la hora de engañar y conseguir los datos sensibles de información personal; como contraseñas, datos de tarjetas de crédito o números de cuentas bancarias mediante envíos masivos de correo electrónico que una vez abiertos redireccionan a sitios web falsos, o por un Ransonware, como amenaza latente, que impide acceder a un determinado sistema, a nuestros archivos personales, a no ser que previamente se acceda al pago de un rescate en pro de recuperar el acceso.
Todo ello nos invita una vez más a la reflexión y una palabra que se hace cada vez más presente en la mente de todos, Prevención. Por ello, habida cuenta la vulnerabilidad de los datos, sumado a la realidad en el aumento en los ataques cibernéticos, prevenir es una apuesta segura de cara al futuro ante eventos inesperados y por ello se nos invita a pensar en los seguros de riesgos cibernéticos, como medida necesaria ante el azote de ataques y fraudes en la red. Además, según apuntan centros e institutos de Ciberseguridad, España es el tercer país del mundo que más ciberataques recibe, en donde 70% de estos, lo sufren las PYMEs.
Dado que para la mayoría de los propietarios de pequeñas empresas un ciberataque podría significar la ruina y la quiebra financiera, se debe asumir por parte del empresario que exista un compromiso a la hora de proteger su negocio, quien orientado por la realidad y una correcta toma de decisiones, debería encausar un nuevo rumbo al contratar un seguro de riesgos cibernéticos.
Los seguros de riesgos cibernéticos están presentando un importante incremento dentro de la industria aseguradora y se desarrolla de manera personalizada para cada empresa con un análisis pormenorizado de los sistemas informáticos disponibles y la detección de posibles vulnerabilidades del sistema frente a los ataques informáticos, puesto que en la actualidad una ingente cantidad de información circula por la red y esta, es accesible a casi todo el mundo. Dado que el fraude es invisible y atemporal, pero no por ello menos real, se debe ponderar muy seriamente en las necesidades de la empresa y su inmediato porvenir en la gestión protegida de los datos amparados por una buena gestión en los seguros de riesgos cibernéticos.
Silene da Silva – Tecnología y Base de Datos, iKN Spain
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